Ciro Bianchi; cuatro décadas en el periodismo cubano
La extensa obra de este entrevistador constituye un aporte innegable a la cultura cubana
Danay Galletti y Mario Cremata
El entrevistador por excelencia se convirtió en entrevistado. La habitual Tertulia «Barraca de Feria» que mantiene el periodista Ciro Bianchi Ross desde hace un año, el tercer jueves de cada mes, tuvo en la tarde de ayer una ligera variación.
Un grupo de amigos encabezados por Jaime Sarusky —Premio Nacional de Literatura—, el escritor Leonardo Padura y el director de La Gaceta de Cuba, Norberto Codina, decidieron festejar las cuatro décadas en la profesión de este imprescindible en el periodismo cubano.
«Hemos venido aquí, no a hacerle un homenaje al amigo, pues a su edad no está preparado todavía. Nos reunimos para conversar sobre determinados aspectos del periodismo, de la labor de Ciro, que escapa de los estereotipos, demuestra su responsabilidad con la historia y defiende la cultura sin dejar de producir textos amenos y bien escritos», expresó Padura.
También se refirió a su trabajo en los diarios cubanos, en la Agencia de Prensa Latina, en la revista Cuba, y a sus colaboraciones, pasando por todos los géneros y especializándose en las buenas entrevistas.
Por su parte, Jaime Sarusky destacó que Ciro logra una comunicación con el lector, y su manera exhaustiva de investigar llena los agujeros negros de nuestra memoria y enriquece enormemente los conocimientos históricos, particularmente los de la historia nacional no contada.
Norberto Codina comentó acerca de sus colaboraciones para La Gaceta de Cuba por más de 20 años, con artículos nada superficiales. «Por el brillo de sus ojos tal parece que fue testigo de primera línea de los acontecimientos pasados que relata o cuenta. Es un enamorado de su profesión, de corazón caliente y un poco apasionado, con diálogo transparente y un periodismo decantado, sintético, altamente profesional».
El agasajado habló de la que fuera su escuela: la revista Cuba Internacional. Para ella escribe hace 35 años, aunque sus primeros trabajos vieron la luz en el periódico El Mundo, allá por 1967, cuando tenía solo 18 años.
Además, comentó sobre sus artículos para la revista Sol y Son, de la que fue fundador en 1986; de su crónica semanal en Juventud Rebelde desde hace un lustro, hasta la columna que inició hace muy poco en El Nuevo Día, de Puerto Rico.
Infinidad de anécdotas como la odisea para entrevistar al escritor Gabriel García Márquez amenizaron la tarde. Después de varios intentos fallidos, logró su propósito, en un insólito lugar: el baño de la casa de modas La Maison.
También contó detalles de sus encuentros con intelectuales de renombre como José María Chacón y Calvo, José Lezama Lima, Octavio Cortázar, Augusto Monterroso, el padre Ángel Gaztelu y el Historiador de la Ciudad, Eusebio Leal Spengler, a quienes entrevistó.
Los aportes de Ciro Bianchi a la cultura cubana son innegables. Decir 40 años de ejercicio profesional resulta fácil, pero mantenerse en esta profesión que el propio Sarusky calificara como la principal causa de infartos en el mundo, es una tarea de grandes.
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