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Ciro Bianchi y el periodismo coloquial

Ciro Bianchi y el periodismo coloquial

Leonardo Depestre Catony

Quizá el especialista objete el título de este comentario. ¿Periodismo coloquial? Pero como tal denominaría el periodismo que Ciro Bianchi ejerce en la prensa impresa. También pudiera de él decirse que es uno de los periodistas más populares del país, uno de los más leídos, amenos y mejor documentados. Todo lo cual reafirma su condición de maestro del periodismo cubano de divulgación cultural.

El manejo de la información, su dosificación, el uso del lenguaje, el sentido del humor y el estilo conversacional —se le lee como si se le escuchara— convierten la prosa de Don Ciro en una lectura tonificante, que se agradece y enriquece el acervo cultural del lector, en especial cuando se refiere a asuntos en que se entretejen historia y leyenda, aquellos en que la duda aparece y la diversidad de los datos y las fuentes requieren del comentario esclarecedor.

Sin embargo, ¿qué suele haber detrás de quien así escribe? Pues cultura, investigación minuciosa, honestidad, buen tino y concepto del periodismo como servicio a la memoria de los pueblos. Quien escribe y es leído con interés tiene sobre sí el peso de una enorme de responsabilidad, que Ciro Bianchi asume con criterio abierto a la polémica y el intercambio, de lo cual doy fe.

Resultado de investigaciones y experiencias personales son varios de sus libros, porque el primero de ellos data de 1983 y se titula Las palabras de otro.  Desde entonces, su producción ha dado a la luz alrededor de 15 volúmenes, entre los que cito Un hombre en la noticia (1990), Tras los pasos de Hemingway (1993), Oficio de intruso (1999), Memoria oculta de La Habana (2005),  Asedio a Lezama Lima y otras entrevistas (2009), Así hablaba Lezama Lima (2011)… En torno a la personalidad del autor de Paradiso tiene Bianchi otros textos, compilados por él, de los que suelen perseguir los lectores: Como las cartas no llegan, de José Lezama Lima, Lezama disperso y Diarios, publicados en ocasión del centenario de este.

Pero más allá de periodista y de escritor, Bianchi es un promotor cultural que disfruta la comunicación a través de la palabra: desarrolla así un proyecto del cual no se habla lo suficiente y lleva un nombre significativo: La Guayabera, en la ciudad de Sancti Spíritus, pues Ciro es de quienes asumen la guayabera como prenda nacional y con ella como pretexto emprende un programa de reanimación cultural a nivel comunitario, con todo cuanto lleva implícito: el rescate de tradiciones locales, el trabajo con niños y jóvenes, la consejería sobre asuntos sociales.

La radio, la televisión y la prensa plana recogen asiduamente el quehacer de Ciro Bianchi, quien se inició en estos empeños a la edad de 17 años, en el diario El Mundo y de entonces acá no se ha detenido nunca a calcular los miles de artículos, entrevistas, crónicas y demás que debe de haber publicado. Reportero de la agencia Prensa Latina desde 1972 y columnista del periódico Juventud Rebelde desde hace algo más de una década, tampoco le fue ajena la docencia, pues entre 1988 y 1993 se desempeñó como Profesor Adjunto de la Universidad de La Habana en la asignatura Géneros periodísticos, y aunque quien escribe no fue su alumno es fácil imaginar cuán grata debe de ser la huella dejada en quienes sí lo fueron.

Conversador ilustrado y sencillo, periodista y escritor, gentilhombre de la cultura, galardonado con el Premio Latinoamericano de Periodismo José Martí en 1992, y con el Premio Nacional de Periodismo Cultural José Antonio Fernández de Castro por la obra de su vida en 1999, entre otras distinciones, a Ciro Bianchi, habanero y cubano nacido el 31 de octubre de 1948, se le saluda en su cumpleaños desde este espacio digital de CubaLiteraria. ¡Felicidades, maestro!

 

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